Por Luis Rodolfo Rodríguez | Cytrum
Miembro del Comité de Estándares y Documentos Digitales
En México, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha implementado medidas cada vez más estrictas para asegurar el cumplimiento fiscal. En este contexto, los contribuyentes ya no solo deben cuidar de sus propias obligaciones, sino también asumir un rol activo de auditoría hacia las empresas con las que hacen negocios. Esto obliga a verificar la integridad fiscal de terceros para evitar consecuencias legales y financieras.
1. El SAT y la fiscalización indirecta
El SAT ha impulsado una estrategia de fiscalización indirecta donde las empresas son responsables de verificar a sus proveedores y clientes. Esto significa que, si se tiene relación con contribuyentes que emiten facturas simuladas (EFOS), contribuyentes que deducen operaciones simuladas (EDOS) o que simplemente no cumplen con sus obligaciones fiscales, se corre el riesgo de:
- No poder deducir ni acreditar impuestos derivados de esas operaciones.
- Ser incluidos en procedimientos fiscales o investigaciones.
- Afrontar sanciones económicas o incluso penales.
2. Listas negras del SAT (69-B del CFF)
El artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación (CFF) permite al SAT publicar en el Diario Oficial y en su portal web una lista de:
- EFOS (Empresas que Facturan Operaciones Simuladas).
- EDOS (Empresas que Deducen Operaciones Simuladas).
Las consecuencias de relacionarse con estos incluyen:
- Rechazo de deducciones y acreditamientos.
- Posibles delitos fiscales como defraudación.
3. Nuevas responsabilidades del contribuyente
Hoy, el contribuyente debe adoptar prácticas que tradicionalmente correspondían a la autoridad fiscal, como:
- Verificar periódicamente que sus proveedores no aparezcan en la lista negra del SAT.
- Documentar correctamente la materialidad de sus operaciones.
- Implementar controles internos para validar la existencia real de las operaciones.
- Mantener evidencia de entregas, pagos y servicios efectivamente prestados.
- Además de recibir y exigir en su caso el CFDI de Pagos que debe de emitir el proveedor para que ese pago sea deducible.
4. Prevención de riesgos fiscales
La auditoría interna y el monitoreo constante del cumplimiento fiscal de terceros permite:
- Garantizar la validez de las deducciones.
- Evitar contingencias fiscales que afecten la estabilidad del negocio.
- Fortalecer la reputación y credibilidad ante autoridades y socios comerciales.
5. Uso de herramientas digitales para facilitar la auditoría
En el entorno actual, donde los documentos fiscales son digitales (CFDIs), han surgido herramientas tecnológicas que automatizan y simplifican los procesos de auditoría y cumplimiento. Una de ellas es Cytrum Suite, una plataforma que permite:
- Control total del cumplimiento fiscal de operaciones propias y de terceros.
- Conciliación de CFDIs de ingresos vs complementos de pago.
- Verificación automática de listas negras del SAT (69-B).
- Revisión masiva de CFDI, validación fiscal y comercial.
- Reportes personalizables para tomar decisiones con mayor agilidad.
- Integración con sistemas ERP para agilizar procesos internos.
Este tipo de soluciones no solo reduce los errores humanos, sino que fortalece al contribuyente al documentar y promover una cultura de cumplimiento proactivo, clave en la relación con la autoridad fiscal.